lunes, 10 de octubre de 2016

----

Al parecer tener que soportar tantas emociones como si fuera un carne de cañon ya basta.
Al parecer, sentirse mal, que te aplasten es normal en los trabajos.
Fue mi primer año laboral lleno de cosas hermosas, encontrando sentido de vocación lo que he estudie, teniendo el cariño de mis alumnas y haciendo la pega bien en todo lo que me propuse, pero, ¿Qué paso?, me enferme, al parecer mi cuerpo no soporto más.
Al parecer, el cuerpo le pasa la cuenta estar de reemplazo todo un año casi, si te dicen que si sigues o no, estar en ascuas con ningún respaldo.
Pero, eso no fue lo que más me dolió, lo que me dolió es la falta de compromiso y contención de un lugar que se basa en amar a dios por sobre todas las cosas, si es así, me explico que amar al prójimo es lo mismo.
No pasó.
Creo que lo peor, fue que me despidieran en una conversación de pasillo, sin aviso, donde todo el verano pensaba en las ascuas si seguía o no en el trabajo, por ello la ansiedad, por ello no mejoré.
Si me humillaron. Mucho. No me entendieron.
A pesar, todo pasa por algo dicen, pues a pesar nuevamente, de haber tenido méritos para seguir en ese trabajo, no me valoraron como persona, profesional ni menos como un aporte académico.
Lamentablemente, lo único que extraño es hacer clases, es estar con mis alumnas y sentir esa satisfacción de hacer clases.
Pero me reinvente, en un trabajo freelance inventado, mate la bacteria que me tenia con el estomago en la mano, y quiero superar muchas cosas mas, muchas veces me da miedo, creo que ha parecido después de tanta cosa que he vivido, la vale débil, la sentimental, la que todo le pesa.
Pero bueno, esa es otra historia, que de a poco estoy superando.

domingo, 2 de octubre de 2016

¿Por qué?



¿Por qué?
Mamá:

Te escribo porque no entiendo nada de por qué nunca me quisiste, nunca te preocupaste por mí, tal vez fue un error, tal vez solo una opción de un futuro socioeconómico mejor, porque me utilizaste para fines egoístas, porque no me quieres…
Si no te hablo, no te veo, ni te miro es porque no puedo pensar en todo lo que has hecho y sigues provocando en mi vida y en nuestra vida con mi papá. Tal vez solo tu afán era dar en el gusto a un hombre que quería tener un hijo,  que luego, se convirtió en un cacho que no supiste hacerte cargo.
Qué difícil es, tener 25 años de lo mismo, con una soledad tremenda, con una preocupación constante, en que todo gira en tu mundo, porque no tienes a nadie.
Qué difícil es, tener que haber superado todo y ser adulto y darse cuenta que las trabas de la niñez, son más pesadas que desde algún día pensé.
No entiendo, si no me querías, simplemente me dejaste ir, pero absolutamente no lo hiciste hasta que no te servía para poder manipular al mundo y el resto. Simplemente es difícil llorar sin tener lágrimas para hacerlo, porque a pesar que años que no te veo, sigues rondando en mi casa todos los días, con miedo a que llames la atención, manipules o te suicides.
Que difícil ha sido para mí, aguantarme tanto tiempo, tanta violencia, pena, sufrimiento, abandono, desamor, egoísmo, soledad desde mi niñez, pues no entiendo por qué no quisiste ser mi mamá o ¿Por qué te costaba mucho celebrarme un cumpleaños, un día del niño o una navidad o año nuevo?
Yo siempre, siempre trate de ser la mejor, de no daré problemas, de irme bien en el colegio y tener las excelentes notas, yo siempre trate de ser lo mejor para alguien que absolutamente no quiso nada de mí, que a pesar de los años, teniendo las lucas ni siquiera me apoyo en mis estudios, en mi vida.
Puta que es difícil no tener mamá o vivir contenida dentro de un mundo que a nadie le importa que no la tenga.
Qué difícil es, no tener q nadie te apoye, no pensar en generarle problemas a nadie, a ser resiliente en todas las cosas, hasta que me enferme, me echaron, mi papá choco y estaba completamente sola.
Como me duele saber, que ya no tengo templanza por que la perdí desde todos los nervios y miedos que tuve desde niña, porque me controlabas hasta estar en el baño.
¿Qué te hice? ¿Para haber merecido una mierda de infancia? Que nadie daba un peso por mí, que decías tanta cosa violenta que ni iba a estudiar, que iba a ser mamá adolescente.
Pero más que eso, ¿porque nunca te importe? Me hiciste vivir cosas horrorosas, tuve que humillarme mil veces, invadiste mi casa, me has robado mis cosas  y mi dinero, me has dejado mal con todo el mundo, cada vez que me regalabas algo cuando chica me lo quitabas.
Cada vez que pienso si tengo un recuerdo bonito tuyo, no  lo tengo.
Y cada vez que me entero de más cosas, que hacías o no, que hacías conmigo, ya no quiero saber, siento que más que un bien, más daño me hacen y créeme que no puedo hacerme cargo de ti, porque aunque tenga el deber moral porque eres mi madre, no me nace, tal vez eso cosechaste, me duele, porque no tienes una hija presente y menos nietos tendrás ni nada de ella.
No quiero vivir arrastrada a esa imagen tuya de mujer desvalida que no existe, y que mi deber es ayudar monetariamente, me hace daño solamente pensar que puedas de nuevo invadir mi vida, mi casa y mi espacio, a no poder ser hija normal, pues me quitaste mi adolescencia, mi niñez. Hasta me cuesta ser feliz.
Me duele mucho vivir,  y no tener madre que no fue capaz de quererme un poco, amarme como se debía, cuidarme cuando correspondía. Fue tan difícil crecer con gente que no era mi familia, tener el cariño de gente ajena, oír los prejuicios hacia a mí por como eras tú, ser incapaz de ir a una reunión de apoderados por mí, de sentirse orgullosa porque lo soy.
Porque siempre me recuerdas lo mala madre que fuiste conmigo y que no entiendo.
Por eso me refugie en el colegio, en la universidad, en el trabajo, en mis perros y en mi casa. Donde estoy segura de tanta inseguridad que siento.  Donde todavía debo dar explicaciones de por qué he vivido con mis papá estos años, y que nadie se imagina todo lo he pasado.  Me proyecto tanto al futuro para huir de ti, que olvido el presente, porque cada vez que suena tu tema, todo pasa a segundo tema.
Para la gente es tan difícil creer esto, pero es la verdad, si tengo madre, pero no la tengo, no se si alguna vez la tuve, pero bueno, ya no sé si me haga falta.

Ya no tengo más lágrimas.