Las historias contadas hace años de niños golpeados y de manos sangrentadas, tapadas por los tabúes de las épocas anteriores nos muestran lo que ocurría en esta trágica historia como en casi todas.
Se relata que cuando esa mujer llegaba sin remedio a su casa se volvía loca, lo hacia cada vez que su pobre hija no hacia lo que ella quería, lo que mandaba. Esto sucedió durante años, toda su infancia y juventud fueron sacudidas por ese demonio enfermo que no la dejaba comer, que en más de una oportunidad arriesgo su vida, que más que mal era su madre enferma.
Siempre estuvo ese fantasma en su vida, lloraba todas las noches desconsolada por que no podía dormir, no podía ser normal, aunque fingía con esa sonrisa lánguida cada vez que caminaba acuestas en la tierra pensando que algunos de esos pasos se acabarían.
Así ocurrió una mañana de Febrero sin previo aviso uno de sus tantos llantos de agonía se extenso mas de la cuenta, una de las tantas agresiones que sufrió, la dejo tirada en un hospital, peligrando su vida y una de sus extremidades, fue uno de los mas dolorosos episodios de su vida. Todo lo perdió su apoyo incondicional se marcho en aquel momento cuando nada y nadie la podía consolar, se esfumo, como si nunca hubiese existido.
Y la vida de ella siguió sin aviso el tiempo no quería esperarla ya que coja estaba, delgada y sin ganas, maldita depresión que la desecho.
Después de un tiempo su calvario acabo pero empezaba otro sin previo aviso, la denuncia emitida en aquel tiempo de febrero.
Han pasado varias cosas, todavía espera que todo termine, solo un grito de esperanza hay en sus labios, solo anhela un cambio, tan solo uno para que cambie su vida dolorosa que conlleva cada día, que la hace ser como es ella, fría con esperanza, que sus ojos la delatan cada vez que mira y llora en silencio desesperanzada a veces, tratando que nadie la vea, que nadie sepa y queriendo que todo acabe y que su dolor y todo lo que pasó no sea jamás sufrido por un niño como lo era ella.
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