lunes, 4 de octubre de 2010

01:32

Tengo pocas tristezas y un colapso académico.
Cosa entretenida, pues digo cuando tienes la cabeza ocupada, no piensas en gente ni en cosas volubles.
Mis sueños no acaban, no espero ser la mejor, la peor tampoco. En realidad solo espero ser yo con mi vocación en palabras y mi vocación en aulas.
Espero enfocarme en cada corazón, en cada alma que necesite luz, aunque no lo parezca amo lo que me cuesta.
Mis anhelos no acaban ni con una decepción masculina, ni aparente familiar. Nada cambia, solo yo, luchando tras tropiezo en las piedras siguiendo el norte o el sur.
Creo que deje un poco la poesía volátil a un reflexivo vivo de noche. No necesito nada más que un abrazo.

Los quereres de la vida dulces y tan amargos pero quedan así, lejano por un tiempo inhóspito, sutil, inmaculado, basureado, hostil y amado.
Se defiende con la vida, con las palabras, con actos, con dulcineas, con llantos.
Con sangre.

¿ Decir amor sin sentirlo?. Mirando pieles, calor y almas.
Mis ojos, mis ex ojos, las caricias entrañables, las caricias olvidadas.

Como ayer escuche: No se puede amar una persona psico lógicamente enferma, pero, hasta ellos los enfermos aman siendo enfermos sin dañar a otro enfermo, porque dolor sienten, esperanza producen.

En síntesis, no guardo rencor, amo lo simple, lo real y lo afectivo.
Creo en los ojos, aunque me engañen.
Soy ciega con sentimientos buenos.
Estudio sin vida, pero feliz sintiendo que esto siempre ha sido para mi.

Salud, aunque vaso no tenga.
Buenas.

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