Soy el tormento en la vaguada de tu rostro,
te espero, en el torbellino de que llegues.
Que busques las luciérnagas,
que tengas recovecos de piel,
y me abraces eternamente.
Si tienes razón,
este es el recorrido de la soledad,
el palpito de la soberbia,
el recorrido de mi sangre.
El tornero fue tu búsqueda
que va llegando al ocaso,
no desesperes.
Sonríe de la angustia,
revoca la mirada.
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