Tengo remolinos y mis manos vacias,
despotrico al universo,
me revalso y sigo en el.
Dicen que los poetas,
eres sensibles,
se rehusan a cambiar,
odian humillarse,
menos redimirse.
Soy, la mujer docente, humana,
tacitamente dormida,
tacitamente sin sombras perdidas.
No soy mentiras,
ni renombres posteriores.
Busco oportunidades,
revoco dolores y rabias,
practico sueños, vivo realidades.
Busco aciertos en mi alma perdida.
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