martes, 11 de diciembre de 2007

Naturaleza de porcelana







Un amor enredado dado por las lucierganas y malas nieblas del día, resbalado por el barro lánguido y claro que hay ahí.

Ibas ahí marchito cavis bajo sin ella sin su mirada sin su voz, perdido entre la oscuridad de la noche, nauseabundo, derrepente encuentras tu desacierto incomodo desvalorado, increíblemente es ella tirada en ese campo de flores marchitas y pudriéndose por los bicharracos.

Amor de la naturaleza, eres aquel que la recogiste entre la mala hierba a tu amada, que sin querer se convirtió en flor sin espinas, como sin rencores, que te vio y encontro su vida en ese intercambio de sombras, que imagino sin sobresalir la mascara sin luna y sin sol.


Malhumorado eres, aquel ser que soñó con esa cara de porcelana de mujer, fina cuando pensabas en la cumbre de la montaña y por que no decirlo, que en tus sueños anhelabas encontrar a una amada como la naturaleza.

Tempestuosa realidad amor ingenuo, vives triste buscando tu sueño,
Te preguntaras… ¿Por qué tu amada fue la naturaleza?

Despierta, anhela recogerla entre los bicharracos.

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