Saltos

 Limpie todo, cerré la puerta por fuera.
Traje una mochila, lo demás se fue a la basura.
Toque la oscuridad, me fui al fondo,
corrí en la memoria, encontré puertas con salida.
Terminé horrorizada.
Termine de mi.

Confine en distintos tiempos,
huí, como siempre,
sirviendo en mi propia guerra.
Fluí, en silencio con la verdad,
olvide lo que aprendí,
devuelta en palabras,
sonrisas envuelta de gritos

vida, envuelta de saltos.

Recordé futuros

 Recordé dónde dejé mi vida 

Y retomé el pescuezo.

Rondé mi corazón y lo he ido puliendo paso a paso.

Retome algo, medio lánguido.

Medio bello.

Retome el pasado.

Curé el futuro.

Mi creta en un paraíso minoico.

Fui remedio propio.

Familia sin ella.

Recordé que la noche no es siempre oscura, y que la vida no es mañana.

Atomizo el futuro rodando

 Rodando
Rodando entre siniestros
rodando entre memoria
rodando en susurros.

Pensando
Pensando en tu silencio
pensando en el mañana
pensando en la hierba mojada.

Atomizo el futuro,
la izquierda mojada
toco el cielo iracundo
y rezo,

a pata pelada.

En ti. En karma.

 No, nos evadimos.
Resolvamos la vida,
luego olvidemos la muerte.

Acariciemos el espejo,
retomemos la verdad,

bordemos la cama.

Tenemos un desaire,

tenemos aire, risa, juego.

Corro detrás de mi,

huyo de ti.

Siempre.

Siempre en tiempos, apocalípticos de ti, en karma.

Lento

Gratificaciones obsoletas,
rebusco la tormenta,
ciega e innata.

Busco sueños,
resueltos y perdidos,
tremendos.

Vivo fuera de desaciertos
rehuyo la mirada 
y bostezo...

Todo es a paso lento.

Sonrisa de cuento

 Vivo en tu asombro,
despegado,
atontado,
in imaginado.

Vivo en la crueldad del desarme,
en el horror del ostracismo,
en el dolor que se dejo en el aire.

Soy dimensional al cambio,
pergamino del pescuezo
risa de los entuertos
vida de los entierros,

sonrisa de cuento.

veranos e inviernos

Fui marea convertida en el amor,
Pasión desgarradora, 
Traición demoledora.

Fui lluvia, contenida de soles,
fui sueños, dormidos en hielo.
Fui tempestad, atravesada por sombras.
Fui salvaje corrida por comida.

Fui todas y ninguna, 
todo y nada.

Veranos e inviernos.

Saguáz

 Yo me morí, y no desperté más,

ni tus recuerdos me hicieron vivir,

me cobije en el amanecer de sueños

y besé a morfeo, sacándome la lánguida pena.

No fuimos nada, 

me reventaste en deslealtad,

y morí bajo el tormento del Saguáz.

Adiós, 

hemos terminado con la eternidad.

Blanca

 Tomar el cielo alborotado en las manos,
retornando en la gloria,
revolviendo la memoria.

Te busco en la complitud desgarradora,
en las alas inflamables,
en la boca del pez,
en el tornero del sable.

Soy interminablemente blanca,
con el corazón rojo,
con las vertientes anonadadas
con la brújula huyendo.
Con la vida, retumbada.

Con la calma, sin trabas.

Sanar

Tengo un tarascón de vida,
un poco sumada,
un poco sumisa y estirada.

Tengo un pecho grande,
un constructo de la nada,
un amargura de mañana.

Tengo precio, que no se vende,
tengo paz, que no se compra,
tengo dolores, que no se calma,
tengo miserias, que no se ganan.

Se sanan.

Termino de crónicas

En el distinto estilo de la vida, me crucé con el curso, para evadir mi ansiedad, mi soledad y encierro profundo. En crónicas, conocí que podía escribir más que poesía, y que podía contar cosas menos abstractas de mi vida, conocieron a mi papá y a mis 3 hijos-perros.

En este curso, conocí a gente muy linda, a Katy de Gringolandia, y todo su problema con el odioso Trump y sus historias del metro y viaje. Conocí  a la mami pía, que con su ironismo me hacia reír en cada sesión y sus historias fuera de serie. Conocí a la Ana y que deja intrigada con la famosa madrina, tía, nana o amiga imaginaria y su vida en Villa Alemana. Conocí a la Yasna, que compartimos el mismo achaque mental, y la misma comuna periférica. Conocí a la Hanna, chiquilla simpática que escribía cosas de Punta Arenas que no conozco y que me daba a conocer cosas más juveniles, que en mi edad, casi 30, ya no conozco. Conocí a la Su… con su bebé desde el taller pasado y a la Eva, que la conocí por cosas del destino manifiesto, y que después de mi ruptura fatídica, no pensé que seguiría teniendo relación, por eso doy gracias por ello. Gracias por todos estos 5 meses Eva.

Doy gracias al curso, porque leí a muchas personas que no conocía desde la Historia, porque me hicieron empoderarme y darme cuenta que podía escribir cosas más allá de mi profesión y  de mi trabajo. Muchas gracias por vivir minutos después del COVID.

Ruidosa

 Conocí la búsqueda afable de la consciencia, 

Concedí en lo espiritual, como desgarrando los dientes,

Te convencí en el infortunio, y comencé a sanar inseparablemente.

Creo en las tormentas, como penas del infierno chino,

Creo en la plenitud como una enfermedad alcanzable.

Creo en mis propios demonios, como mis propios karmas.

Si.

Tengo un pie aquí, otro allá.

No soy más que un alma, peligrosa en desarme,

Soy ruidosa, franca, honesta.

Ni traidora, ni penosa, soy aquello que no vuelve jamás.

Remolienda

Fui refugio de besos lejanos, 
fui dolor

fui contraste bajo el susurro.

Fui corazón a paso frió, 
remolienda de vidas,

tormenta de lluvias partidas.

Busco soles de invierno,

tranquilidad de bosques,

pasillos de muertes,

vida de sueños,

y sórdidas revueltas.