miércoles, 2 de septiembre de 2020

Termino de crónicas

En el distinto estilo de la vida, me crucé con el curso, para evadir mi ansiedad, mi soledad y encierro profundo. En crónicas, conocí que podía escribir más que poesía, y que podía contar cosas menos abstractas de mi vida, conocieron a mi papá y a mis 3 hijos-perros.

En este curso, conocí a gente muy linda, a Katy de Gringolandia, y todo su problema con el odioso Trump y sus historias del metro y viaje. Conocí  a la mami pía, que con su ironismo me hacia reír en cada sesión y sus historias fuera de serie. Conocí a la Ana y que deja intrigada con la famosa madrina, tía, nana o amiga imaginaria y su vida en Villa Alemana. Conocí a la Yasna, que compartimos el mismo achaque mental, y la misma comuna periférica. Conocí a la Hanna, chiquilla simpática que escribía cosas de Punta Arenas que no conozco y que me daba a conocer cosas más juveniles, que en mi edad, casi 30, ya no conozco. Conocí a la Su… con su bebé desde el taller pasado y a la Eva, que la conocí por cosas del destino manifiesto, y que después de mi ruptura fatídica, no pensé que seguiría teniendo relación, por eso doy gracias por ello. Gracias por todos estos 5 meses Eva.

Doy gracias al curso, porque leí a muchas personas que no conocía desde la Historia, porque me hicieron empoderarme y darme cuenta que podía escribir cosas más allá de mi profesión y  de mi trabajo. Muchas gracias por vivir minutos después del COVID.


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