Te extraño, aunque seamos muy extraños.
El silencio es sútil, de dolores de lejanias subjetivas.
Acepté y asumí, como trepadora bajo las aires extrañando la nada que me dabas.
Me exorcizo como llanto templado, poniendo a la mente, sobre el corazón.
¿ Tendrás la nobleza de escaparte, y fluir en tu corazón?
Prudencia, temple, paciencia.
En una vida pasionada que remueve y baje del universo...
Soy desdibujada.
Soy piel sin alma.
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