sábado, 3 de mayo de 2008

Soplas


Y el viento sopla mi rostro. De pronto ni siquiera la sal del mar deja su huella.

Los árboles caminan sin cesar buscando la intermitente luz, copiosa y fuera del oleaje marchito, que enrostra tu ser, que enlaza tu amor con el mió.

Las luces se apagaron. Y siento como la primera vez que acerque mi piel hacia la tuya.

Me estremezco como una niña, me envuelvo en tu magia y en el atarceder que sueño abrazándote dormida, queriendo volar junto a ti de la mano, sin que nuestros corazones huyan de temor.

El viento cubre mi rostro y contigo el tiempo se congela en segundos, tu fuego tibio me acoge y se mete hasta mis entrañas, tus abrazos son una luz que me aguardan donde no existe un fin. Los árboles ya no caminan, solo contemplan, nuestro amor ya nos enlaza, fluye y nos vierte de él para siempre entre la mirada oscura del oleaje

1 comentario:

butcher dijo...

buen blog y hermosas palabras que salen de ud...

la dejo en mis links saludos (viexa)