Dos y hasta tres segundos bastaron para recordar aquello que en mi inconsciente aguardaba plenamente. Solo dos palabras, como un tick tack aguardaban en mi corazón y en ese mismo segundo desataron todo lo contenido allí, volviéndolo menos romántico y mas que amargo.
La vida continuo, entre papelones de la habitación y unas palabras que salían descritas detrás de una conversación que sin consuelo me tienta a volver a tocar lo suave de tu piel a través de una pantalla y que al mismo modo me refugian en lagrimas blancas, lo cual ni ellas entienden por que transitan por mi rostro si ya este sentimiento según la razón había acabado.
¿y no acabo corazón enamorado?
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