viernes, 23 de octubre de 2009

Sabrás


Cierro los ojos, cada vez que puedo me envuelvo en gloria y dormito minutos.

Empiezo a caminar, despierto, miro, interpreto, me convierto...

¿En qué?

No lo se, solo mírame a los ojos y lo sabrás. Prometedora o no, soy un ser confundido, mal interpretado, risueño, mágico y a veces no tanto; vivencial de hueso y carne, carne de hielo de brazos cálidos de ojos cubiertos de sangre chilena y de cuero no de cerdo.

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