te sentí, flameante,
perpetuo y petro como siempre,
siempre estuviste en mi nombre.
Te vi, cabalgando de susto por el mar,
vibrabas alto, tanto que, te esfumaste con el tiempo.
Te escribí sonrosando,
no me busques en el presente,
yo borré el pasado, pisé y borré las heridas.
Acaricié mi vida y me sumergí,
donde tu rayo de sol, no puede llegar.
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