Las palabras me arrojan al fondo de mí ser, estas me acechan, me estremecen de a poco sin querer. Mis venas un poco rojizas detestan ver, lo agrio que hay dentro de tu mísero ser.
Entre nieblas te aventuraste a confiar a la velocidad de tu instante por ser menos agrio y más feliz, menos melancólico a veces, a cerrar tus ojos ya que un corazón sin voz te quiere escuchar.
Eres de esas almas que aman con despecho, requieren ese dolor insufrible que da el tiempo y talvez el poco espacio que te da esta amarga vida, que te tiene aferrado a solo dudas y temores insostenibles que te da cada suspiro, cada vez que respiras, es esa esencia de la flor de tu ex mujer, que dejaste ir por tu inocencia vaga con el viento y que olvidas a través del paso del tiempo y de tu caminar de otoño.
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