Hace cinco meses no salía de mi casa,
por la cuarentena, me subí al auto y miraba por el espejo, todo me parecía
raro, y todo seguía igual. La gente andaba como si nada, solo con el bozal,
pero como si la vida no hubiese parado. Llegué a la casa de mi mamá, y hace
meses no me cortaba el pelo, y fui directamente a donde la peluquera que con 80
años, me atendió igual. Me saqué un par de años y volví a la vida.
Luego, fuimos a la feria, pero sacando el
permiso de carabineros, que no sirvió de nada. Caminamos mucho, y la gente se
aglomeraba a comprar frutas, verduras y cachureos varios, gracias al diez por
ciento los rotos, incluyéndome tenemos plata para comprar leseras y comida, porque
gracias a la vida, la feria todo es barato y muchísimo más barato para ahorrar.
Caminamos con mi vieja, toda la feria, para
distraerse del mundo del covid, como un día raro hacía calor, en invierno, me
compre unas poleras a quinientos pesos y fui feliz. Volví a la casa, tomé el
auto y regresé a mi casa, el permiso nuevamente no me sirvió de nada, ningún
carabinero controlando.
Esta fue, mi primera salida a la realidad, seguimos en cuarentena.
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