lunes, 17 de agosto de 2020
Vida
Eres la sal, sacudida del cuerpo,
rodeado de cuello,
tocado de mar,
perdido en mi océano.
Eres amargo, y dulce
esplendido rehén,
sin cordura del corazón,
perdido en el torrente del fuego.
Eres mi fantasma,
agonizando ansiedad,
queriendo abrazarte
perdido en mi aire, en mi vida.
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