Hoy con más sueño que vida, te escribo, solo para saber si todavía me lees.
Hoy espero tu señal, un poco agónica, pero enfurecida de amor.
Te escribo con los ojos descoloridos, con sueño de pavor, con sueño aterrador.
Pienso en la par de horas que nos separan, que no busco nada y que las letras ya son tuertas.
Te pienso con las bestias, abrazándonos, abrazándolos, como si fuéramos desde siempre, pues al ver tus ojos me reencontré conmigo, atrayendo la vida, desechando la muerte.
Espero tu señal, con una sonrisa inquietante y nerviosa.
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