La melancolía resulta de la vida, como intentos interpoladores de las facetas araucanas...
En el concilio de los sueños, te veo en la realidad, como juncos de ríos, que pasan al aire.
Soledad mundana, virtualidad toscana que se ríe de las bestias,
Ironiza antes las selvas, me agobia los tuétanos de mi sangre y me hace extrañarte,
como idiota por el mundo, entre sabanas húmedas y besos grabados.
Dolor de los tormentos, agradece a los contextos, reúne a las virtudes y me concede placer.
Te busco en los infiernos y me devuelvo al calor, cariños y deseos que me hunden en la paciencia de los encierros clandestinos.
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