Deja de vivir de morbosidades.
Habla de libertad,
abre el corazón,
escribe en cuerdas,
resiste a lo persistente.
Miedo,
al dolor como siempre
al abrazar y sentir,
a vivir en la perversidad,
en lo rígido,
al negarse,
al no entregarse.
Obligarme,
a querer aunque no quiera.
A escuchar la mente, sin querer,
a pensar en ti,
como ciega,
como demente.
A revivir tus palabras extrañas y desconocidas,
a sentirte lejos y cerca,
a dominar los sentidos,
a sanar las dolencias,
a buscar el amor,
donde había odio,
pena y rencor,
a buscar el cariño como jamas imaginado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario