Como un día cualquiera de cautiverio de nuestra única residencia, como clase pobre, despierto con las cumbias y risas de fondo, me levanto, y la radio corazón está fuerte con talla, tras talla, pues cada día las noticias son peor.
Mi papá sigue riendo con las tallas de la radio, hasta las 2 de la tarde, luego, nos ponemos a ver las comedias del campo, hasta que nos da hambre denuevo y prendemos la radio con el circo hit, donde el publico, incluyéndonos, exorcizan y tiran chuchadas contra los políticos de turno, es la catarsis de la tarde.
En torno a la música, familiarmente, es cumbia, reggeton, rancheras, música popular, y todo el repertorio flaite y alegre sin más, pero, el repertorio personal dependerá de mi estado anímico, aunque durante el desapego, Pedrito Aznar, me acompaña las tardes, y por las noches, me da la espiritualidad, donde frecuencias binaurales, meditaciones, frecuencias angelicales y otras me acompañan...
En fin todo, para no enloquecer más, no llorar demás, no morir demás.
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