Yo en el frío, en la duda fortuita, en los calambres del yoga.
Yo viva, muerta de frío, piti ciega, poeta en cuarentena, roncando con la luna.
Yo, intensa, llena de estudios, llena de lecturas, llena de perritos, llena de besitos.
Yo, dulce cocina de mi padre, chanchita como nadie, voluble por el rostro.
Yo, con mal gusto y malas elecciones amorosas.
Yo, inquieta y flaite, luminosa y silenciosa.
Yo, atada a la vida, encadenada a las muertes.
Yo.
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