Valentina, 29 años cree en las risas de un live de instagram, donde se hablan de trivalidades, y se ríe de la inhóspito de la vida, donde se ríe de historias falsas a cada noche a las 10 pm.
Cuando era pequeña, Valentina creía en la iglesia, rezaba mucho con las monjas caritativas del colegio católico y le pedía siempre a Dios, sustancialmente que le ayudará con la desazón de la amargura de la niñez, que le sacará la violencia, la pobreza, la delincuencia y el trabajo de esclavo del padre, pero nunca llegó Dios, para salvarla, al final se salvó sola.
Ella se salvó sola, por que creía en si misma, y se echo todo la vida encima junto con los problemas y atados de los grandes, y camino y camino, corrió como caballo salvaje, triunfo como estrella, se ganó todas las becas que pudo y llego a la meta y se cansó, pero agotada como carrusel agotado, se pregunto entonces: ¿ Dónde está Dios?
Se responde entonces, que el Dios patriarcal no existe, por eso, solo cree en ella, en sus perros guachos y en su padre. Cree en la vida y en la muerte, cree en la naturaleza, en la espiritualidad donde dios está en uno, en la meditación y en la perseverancia del constante trabajo. Ella, alma vieja, cree en el conocimiento, en lo real, cree en las personas, en todas las vidas, en el proceso de integración humana y en la transformación de la consciencia universal.
Cree en la familia disfuncional que tiene llena de animales, cree en la tranquilidad mental, cree en la bondad del corazón, cree en ganarle al destino, cree en la transformación de los sistemas, en la lucha sin coronarlo como epopeya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario